Para el presente análisis se han escogido dos textos relacionados con el Falun Gong, una nueva religión surgida en el siglo XX en China, con una importante repercusión social y que entraña una fuerte polémica por sus complejos enfrentamientos con el gobierno comunista. Concretamente los dos textos son los siguientes: TEXTO A - “Entrepreneurial Logics and The Evolution of Falun Gong” de Yunfeng Lu y TEXTO B - “Falun Gong and China’s Human Rights Violations” de Janice Casil. La elección de los textos se ha basado principalmente en las diferencias que ambos presentan a nivel de contenidos y a nivel formal. El texto A es un texto de carácter explicativo que pretende presentar la evolución de esta nueva religión desde sus inicios hasta la actualidad, haciendo especial hincapié en el papel crucial de su fundador y aportando algunas características elementales de la doctrina. En texto B, por su parte, se denuncia el enfrentamiento de la organización con el gobierno chino, ilustrando la persecución que viven los seguidores del Falun Gong y declarando los abusos de poder por parte de las autoridades a este respecto. Gracias a la lectura de ambos textos y a la confluencia de todas las ideas extraídas, es posible hacerse una idea bastante amplia sobre el contexto, el fundador, la doctrina, la aceptación y la repercusión que tiene esta nueva religión en China.
Yunfeng Lu nos presenta el contexto en que surge esta doctrina. En la sociedad actual china, dadas las duras condiciones sociales que toca vivir, las personas sienten la necesidad de plantearse cuestiones sobre su futuro en un contexto muy incierto, lo que en numerosas ocasiones propicia el nacimiento de nuevas religiones que pretenden cubrir estos vacíos de valores y de ideales para sus vidas[1]. En este escenario, y surgido del sincretismo de religiones tradicionales con elementos de otras sectas, de la ciencia moderna y de las religiones Occidentales, nació el Falun Gong, a principios de la década de los noventa como una organización secular que se dedicaba a la sanación de las personas que padecían enfermedades. El Falun Gong se originó en la organización del qigong (qi: energía vital, gong: energía de cultivación), técnica que dominaba a la perfección su fundador, Li Hongzhi.
Yunfeng Lu nos presenta el contexto en que surge esta doctrina. En la sociedad actual china, dadas las duras condiciones sociales que toca vivir, las personas sienten la necesidad de plantearse cuestiones sobre su futuro en un contexto muy incierto, lo que en numerosas ocasiones propicia el nacimiento de nuevas religiones que pretenden cubrir estos vacíos de valores y de ideales para sus vidas[1]. En este escenario, y surgido del sincretismo de religiones tradicionales con elementos de otras sectas, de la ciencia moderna y de las religiones Occidentales, nació el Falun Gong, a principios de la década de los noventa como una organización secular que se dedicaba a la sanación de las personas que padecían enfermedades. El Falun Gong se originó en la organización del qigong (qi: energía vital, gong: energía de cultivación), técnica que dominaba a la perfección su fundador, Li Hongzhi.
La técnica del qigong fue, en sus inicios, muy utilizada tanto en hospitales como en la sociedad en general, llegando a alcanzar incluso la categoría de Ciencia Somática (Renti Kexue). El qigong es una práctica mediante la cual se cultiva el qi a través de la respiración, la meditación y una serie de ejercicios suaves, lentos y armoniosos para obtener una energía vital que, como los propios seguidores confiesan, “mejora la salud y brinda paz interna”[2]. Pronto surgieron líderes carismáticos dispuestos a captar nuevos seguidores -ancianos o enfermos en su mayoría- mediante esta práctica quienes, contando con el apoyo del Estado, consiguieron darle el empuje para convertirlo en un auténtico negocio además de en un movimiento religioso. En este entorno, cada líder intentaba darle su propio enfoque, de manera que surgieron varias tendencias dentro de la práctica qigong. Sin embargo, más allá de los efectos curativos, fue Li Hongzhi quien logró cubrir una carencia que le diferenciaría de los demás movimientos: cómo afrontar las enfermedades y la teoría de la salvación. Con su capacidad de liderazgo, consiguió ofrecer nuevas recompensas espirituales para aquellos que las necesitaban. Li Hongzhi alcanzó una popularidad extrema, hasta el punto de ser considerado el maestro más popular del qigong, vanagloria que culminaría con la fundación del Falun Gong en 1992 y la publicación de su propio libro, el Zhuan Falun[3], texto de referencia para los seguidores de esta nueva religión. Éste es precisamente el punto de inflexión en su trayectoria religiosa, puesto que a partir de ese momento, decide abandonar las prácticas curativas, calificadas por el mismo como “técnicas de bajo nivel”, para sumergirse de lleno en la enseñanza sobre cómo conseguir la salvación, al mismo tiempo que opta por cambiar el nombre de la organización a Falun Dafa (La Gran Ley del Falun). Esta nueva religión fue proliferando de tal manera que Li Hongzhi no sólo alcanzó una riqueza pasmosa, sino el reconocimiento por parte de sus seguidores que lo elevan a la categoría de ser sobrenatural. Según él mismo revela, su potencia energética había alcanzado el máximo nivel porque los mejores maestros del taoísmo y del budismo le transmitieron el Gong; estas competencias le permitieron, junto con los Cuerpos de Ley (fashen), desarrollar una serie de poderes tales como la protección de sus seguidores ante el peligro o el conocimiento absoluto de éstos en todo momento, argumentos que le servirían para ser aclamado como un ser sobrenatural. Li Hongzhi no se queda satisfecho sólo con esto y finalmente abandona su papel de mensajero de nuevas revelaciones y opta -como bien enfatiza Yunfeng Lu- por autoproclamarse “el creador del universo”, el Dios todopoderoso que determina el futuro del mundo y vela por la protección de sus seguidores. El Falun Dafa sufrió pues una transformación repentina al convertirse en una nueva religión basada en la salvación de sus seguidores y como tal ahora necesita ofrecer una recompensa espiritual (que no era necesaria mientras sólo era una organización secular) para aportar respuestas a las necesidades de las personas.
El Falun Dafa es, a partir de este momento, un conjunto de explicaciones sobre la salvación de las almas cuya base reside en la verdad, la benevolencia y la tolerancia (Zhen-Shan-Ren). Uno de los puntos claves en la enseñanza de Li Hongzhi es la definición del “karma”. Para el Falun Dafa el karma es una sustancia que se va acumulando a medida que una persona (o sus antepasados) cometen malas acciones, convirtiéndose finalmente en la causa de todas enfermedades y desgracias que éstos puedan sufrir: cuanto más karma se acumule (o lo que es lo mismo, cuantas más peores acciones se cometan), más expuesta estará una persona a la desgracia y a la enfermedad. La única vía posible para acabar con esta acumulación de mal karma es la práctica del xinxing (naturaleza espiritual) a través de las enseñanzas de Li Hongzhi. Para ello es necesario que se acumulen méritos, practicando la tenacidad y dejando de lado la envidia, así como realizar buenas acciones y soportar el sufrimiento, más que intentarse liberar de él; este concepto consigue tal arraigo que incluso algunos seguidores consideran que estar enfermos les beneficiará en un futuro si con ello pueden acumular méritos. La idea de inmortalidad también está presente en las enseñanzas de Li Hongzhi. Al parecer, sólo es posible alcanzar la salvación del alma con Ley del Buda (Fofa) -aludiendo al principio del universo o el “dao”- que le ha sido transferida a él y con el seguimiento del Falun Dafa; sólo así las almas podrán ascender al cielo. Por otro lado, la doctrina de Li Hongzhi se caracteriza igualmente porque el beneficio de la misma no debe ser probado. El Falun Dafa se encarga de proteger a sus seguidores, siempre y cuando éstos no traten de cuestionar su veracidad.
Dada la amplísima propagación de esta nueva religión y frente a la inminente amenaza de que pudieran florecer nuevos maestros que quisieran adquirir el mismo protagonismo que él con la difusión de nuevas doctrinas, Li Hongzhi fortalece su autoridad mediante la coacción de sus seguidores a una única práctica dentro del amplio abanico de técnicas que utilizan el qigong, la del Falun Dafa que él mismo enseña. Asimismo prohíbe a sus practicantes las relaciones personales con los maestros del Falun Dafa -que puedan propiciar posibles cismas-, así como que añadan contenidos propios a esta doctrina, puesto que esto supondría un desafío al poder divino de las verdades absolutas reveladas desde el otro mundo y que él ha puesto en conocimiento de todos. De esta manera, consigue crear los cimientos de una organización estructurada y con unas bases muy sólidas, en las que todos los mandatarios a excepción de él, no son más que sus discípulos y gracias a la cual puede congregar a toda una serie de personas cuya misión es la de difundir su sistema.
Es precisamente en este punto donde empiezan los serios problemas para la organización; mientras que Yunfeng Lu se limita a hacer una brevísima referencia a las persecuciones del Partido Comunista Chino de las prácticas religiosas -entre ellas el qigong en su etapa más tardía- y que fueron condenadas a ser realizadas en secreto, Janice Casial es mucho más explícita al atreverse a hablar de actos que violan de Derechos Humanos, como bien define el título de su artículo. En un mundo que apuesta por la ciencia, la tecnología y el progreso, se continúa sometiendo a las personas a la violación de sus Derechos Humanos. China es un claro ejemplo de ello con la fuerte represión que lleva a cabo contra el Falun Dafa, por ser una supuesta amenaza para el Partido Comunista. Janice Casial se apoya en varios motivos, de entre los cuales destaca dos: por un lado, el Falun Dafa se respalda en ciertas tendencias de la cultura tradicional china opuestas a la ideología del gobierno actual; el Partido Comunista viendo una fuerte oposición a sus principios, intenta acabar con todo aquel que pudiera derrocarle a él. Por el otro, la popularidad del movimiento ha ido creciendo espectacularmente y el número de seguidores se ha multiplicado rápidamente. Frente a esta realidad, el Gobierno chino intenta reprimir el movimiento, porque se dan cuenta de que no pueden controlar las manifestaciones que los seguidores del Falun Dafa realizan, al igual que no pueden sofocar las protestas que éstos llevan a cabo contra la actitud del gobierno y tampoco disponen de los medios para entrometerse en sus actividades y en su difusión a través de Internet. Ante esta situación, el gobierno adopta la postura de juzgar a la organización (muy bien organizada) por representar una amenaza para la autoridad política del país. El Doctor Kirk C.Allison, director del Programa de Derechos Humanos y Salud de la Escuela de Salud Pública y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Minnesota, declaraba en un congreso "My concern is general as I am not a Falun Gong practitioner. Since July 1999 the systematic persecution of non-violent Falun Gong practitioners constitutes the single greatest concentration of human rights violations in China against a specific group since the Cultural Revolution”[4]. Con su ingreso en las Naciones Unidas, China tuvo la obligación de asumir y aceptar todos los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos. Sin embargo, con su actuación para solventar el problema latente con el Falun Dafa, ha demostrado que no sólo no los respeta, sino que viola impunemente los artículos 5, 9, 10, 11, 18, 19, 35 y 36 de manera descarada. Persecución de los miembros del Falun Dafa, torturas y castigos inhumanos, intolerancia frente a la libertad de asamblea y asociación, prohibición de realizar actividades religiosas,, imposibilidad de practicar otras religiones de las aceptadas por el gobierno, muertes misteriosas y palizas a los seguidores detenidos, extirpación de órganos en donantes vivos, aplicación de intensos tratamientos psiquiátricos en centros especializados, reclutamiento en campos de trabajo forzados, penas de prisión injustificadas, quema de libros y panfletos de la organización, impedimentos en la difusión de información a través de Internet, etc. son algunos de los incumplimientos más patentes de los Derechos Humanos por parte del gobierno chino. Incluso “la televisión china en todo el país ha intentado estimular el odio y la violencia contra los practicantes de Falun Gong”[5]. A pesar de las claras evidencias de que se trata de medidas para coartar el creciente poder de las organizaciones existentes y limitar todas aquellas prácticas que puedan suponer una traba para el desarrollo de las políticas del gobierno, el Partido Comunista se afana en alegar que las muertes precipitadas de los seguidores de del Falun Dafa que se encuentran encarcelados son producto de la propia tendencia al suicidio que inculca el propio movimiento y llegan inclusive a justificar sus actos con afirmaciones como la que sigue: “Le Falun Gong mène des activités qui compromettent la sécurité de la population et n'hésite pas à mener des attaques contre des satellites afin d'interrompre les programmes normaux de télévision et de diffuser de la propagande”[6].
Tal y como manifiestan Janice Casil y otros muchos expertos en el tema, así como algunas comunidades internacionales y otras organizaciones, hasta el propio Falun Dafa, lo que en realidad se está presenciando en China es la libertad por parte del gobierno y de los cuerpos de policía al acometer actos violentos que quedan impunes y que ni siquiera las comisiones internacionales se atreven a denunciar de una forma activa que suponga el cese de estas prácticas y la protección de los seguidores del Falun Dafa y de otras muchas otras prácticas religiosas efectuadas en China. Por ejemplo, “algunos informes presentados por Amnistía Internacional relatan la brutalidad policial que han sufrido personas detenidas justo después de la prohibición del movimiento en julio de 1999”[7]. Para velar por los derechos que defienden todos unidos, estas comunidades internacionales tienen la obligación moral de detener las malas prácticas de los líderes chinos y de poner fin a estos abusos indiscriminados de poder. Sólo así se conseguirán las libertades de expresión, de asociación y de religiosidad tan necesarias en todo el mundo actual.
BIBLIOGRAFÍA
AMNISTÍA INTERNACIONAL, Informes de Tortura y malos Tratos de seguidores de Falun Gong, Londres: EDAI, 18 Enero 2001.
CASIL, Janice. Peace Review, Vol. 16 , Issue 2 “Falun Gong and China's human rights violations”, Jun 2004, pp. 225-230.
FUNDACIÓ UNIVERSITAT OBERTA DE CATALUNYA. Pensament i religió a l’Àsia Oriental. Mòdul 6. “Situació contemporànea a l’Àsia Oriental” Barcelona: UOC, 2008.
YUNFENG, Lu. Journal for the Scientific Study of Religion, Vol. 44, Issue 2 “Entrepreneurial Logics and the Evolution of Falun Gong”, Jun 2005, pp. 173-185.
http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/10/2/78589.html - US Congress Holds Hearing on CCP's Organ Harvesting from Living Falun Gong Practitioners.
http://www.falundafa.org/sp/
http://www.faluninfo.net/sp/DisplayAnArticle.asp?ID=9467
http://www.minghui-es.org/docs/zfl_a5.pdf
http://www.unhchr.ch/huricane/huricane.nsf/0/6FC001477047B53FC1256E6D002CE990?opendocument - LA COMMISSION DES DROITS DE L'HOMME TERMINE SON DÉBAT SUR LES DROITS CIVILS ET POLITIQUES. Commission des droits de l'homme, 2 avril 2004.
[1] FUNDACIÓ UNIVERSITAT OBERTA DE CATALUNYA. Pensament i religió a l’Àsia Oriental. Mòdul 6 - “Situació contemporànea”. Barcelona: UOC, 2008. p.29.
[2] http://www.falundafa.org/sp/
[3] Disponible en línea en: http://www.minghui-es.org/docs/zfl_a5.pdf
[4] US Congress Holds Hearing on CCP's Organ Harvesting from Living Falun Gong Practitioners. http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2006/10/2/78589.htmll
[5] http://www.faluninfo.net/sp/DisplayAnArticle.asp?ID=9467
[6] WANG YUSHENG (Association de la Chine pour les Nations Unies).
[7] Informes de Tortura y Malos Tratos de Seguidores del Falun Gong (10/18/01 15:25)