29 de agosto de 2008

Ser escogido organizador de los Juegos Olímpicos es para cualquier país, no sólo un gran prestigio, sino que también la oportunidad idónea para mostrarse ante el mundo. En el caso de China, y aprovechando su imparable crecimiento económico-comercial de las últimas dos décadas, ha sido además el colofón al sentimiento de magnificencia chino. Los Juegos Olímpicos de Pequín 2008 ofrecieron la brillante oportunidad al gobierno chino de demostrar que tenían un enorme potencial, que podían hacer acallar la opinión internacional acerca de ciertos tópicos que perseguían históricamente a China y que tenían la capacidad organizativa y directiva perfectas para preparar y controlar unos acontecimientos deportivos que debían estar a la altura de la valía y la grandiosidad del país. Para ello el gobierno sólo tenía que mostrar al exterior lo que más les interesaba, aquello que le permitiera mostrarse como el Partido quería. Ésta podía resultar una ardua tarea teniendo en cuenta los conflictos internos en China. Y así fue; los Juegos Olímpicos podían resultar un arma de doble filo en manos de la sociedad y de los intelectuales. Les brindaba la posibilidad de poder manifestar, a través de diferentes medios (prensa, televisión, Internet, contacto con los extranjeros, etc.) esas demandas y denuncias que habían sido mitigadas por el gobierno hasta el momento. A pesar de los intentos de control, los intelectuales podían volver a tener un papel importante en su misión crítica de mejorar la situación de su país, desde que fueron condenados a reflexionar sobre asuntos sociales de menor grado, y la sociedad civil que estuviera descontenta con la maquinaria estatal podría aprovechar la repercusión internacional para gestar sus reprobaciones. Beijing no sólo albergaría las competiciones deportivas internacionales, sino que se podía convertir en el nido[1] en que se forjaran unas serias disputas sociopolíticas internas.

Así pues, aprovecharon para hablar de las reformas necesarias en cuanto a derechos humanos; En esta materia, hay que destacar las reivindicaciones llevadas a cabo por un grupo de intelectuales, apoyados por Bao Tong[2], en que solicitaban el progreso de estos derechos a los máximos dirigentes del país[3]. Esta acción refleja la valentía de hacer una protesta de ese tipo en un momento de tanta repercusión, la vuelta de los intelectuales a una cierta actividad política y el apoyo a los intelectuales de personajes que han pertenecido al propio sistema. No obstante, algunos analíticos opinan que las medidas de presión sobre China por parte de la comunidad internacional no funcionan y que se necesita la colaboración de los intelectuales influyentes tanto de fuera como de dentro, o cercanos al partido, para poder conseguir medidas reales y notorias al respecto[4].

Una característica de los intelectuales de principios del siglos XXI es que han fijado nuevas aspiraciones centradas en los retos que ofrece la globalización. Uno de los máximos exponentes son los medios de comunicación, que en China ocupan otro de los frentes de batalla, en lo que a la lucha por la libertad de expresión se refiere. Muchas fueron las protestas por el control, censura y manipulación que hubo de imágenes y comentarios. La posibilidad de contacto de los intelectuales con la sociedad china y el mundo exterior hicieron posible que se hiciera pública una denuncia del incumplimiento de las promesas que Pekín hizo al COI[5], gracias a tener acceso a la información sobre intelectuales chinos que, junto con otros periodistas independientes, denunciaron la discriminación con represión a la que eran sometidos todos aquellos que no estuvieran afiliados a un medio pro-gubernamental, al sindicato único de periodistas, o incluso los que quisieran cubrir la información de forma independiente.

Finalmente, es importante destacar como los intelectuales chinos se sumaron a las protestas por la represión tibetana meses antes del inicio de los Juegos. Se aprovechó la coyuntura para dar una mayor difusión a las muestras de represión del gobierno chino, en contra de toda la propaganda que éste estaba haciendo de cara a las Olimpiadas, así como para mostrar el incumplimiento en materia de derechos humanos a los cuales China se había comprometido[6].
En conclusión, el contexto de los Juegos ha dado una nueva oportunidad al grupo intelectual para ejercer su papel de intentar presionar al gobierno aprovechando que toda la opinión pública mundial estaría pendientes de ellos. Si bien es cierto que el colectivo intelectual había dado un giro forzoso hacia el pragmatismo, ése era el momento excelente para actuar de acuerdo a sus principios y centrarse en las principales reivindicaciones de la sociedad.

[1] El Estado Olímpico de Beijing (国家体育场/國家體育場 “guójiā tǐyùchǎng”) es mundialmente conocido como el Nido de Pájaro por la forma de su estructura exterior.
[2] Bao fue secretario de Zhao Ziyang, Primer Ministro de la República Popular China de 1980 a 1987 y Secretario General del Partido Comunista de China desde 1987 a 1990.
[3] XIN Fei (21 Agosto 2008). “Los intelectuales chinos dan un paso al frente por la defensa de los derechos humanos” en La gran época. Disponible en www.lagranepoca.com/articles/2007/08/21/1102.html.
[4] SOTO, A. (2008). “En un año especial: derechos humanos y disidencia en China” en Real Instituto Elcano. Disponible en www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/Asia-Pacifico/ARI64-2008.
[5] Reporteros Sin Fronteras (14 Noviembre 2007). “Fichaje, propaganda y control de las agencias de prensa: Pekín hace todo lo contrario de lo que prometió al COI”. Disponible en www.rsf.org/article.php3?id_article=24367.
[6] HASKI, P. (26 Marzo 2008). Intelectuales chinos se oponen a Pekín sobre el Tíbet. Disponible en: www.soitu.es/soitu/2008/03/25/actualidad/1206472232_990648.html
BIBLIOGRAFÍA


· HASKI, P. (26 Marzo 2008). Intelectuales chinos se oponen a Pekín sobre el Tíbet. Disponible en: www.soitu.es/soitu/2008/03/25/actualidad/1206472232_990648.html.

· Reporteros Sin Fronteras (14 Noviembre 2007). “Fichaje, propaganda y control de las agencias de prensa: Pekín hace todo lo contrario de lo que prometió al COI”. Disponible en www.rsf.org/article.php3?id_article=24367.

· SOTO, A. (2008). “En un año especial: derechos humanos y disidencia en China” en Real Instituto Elcano. Disponible en:
www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/Asia-Pacifico/ARI64-2008).

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